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Un G7 sin novedades… excepto la catástrofe ecológica

CATÁSTROFE CLIMÁTICA

Entre el 24 y 26 de agosto se reunió en Francia el G7, ámbito que nuclea a las principales potencias imperialistas «tradicionales» del mundo: Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Francia, Japón, Italia y Canadá. Esta reunión transcurrió marcada por el incendio del Amazonas, que produjo un importante impacto internacional.

Ale Kur
3 septiembre, 2019
 

La cuestión ecológica se trató, de hecho, del único tema que trajo algún tipo de consecuencia en la reunión. Por fuera de ello, todo lo demás parece haber quedado en un gran impasse: la guerra comercial China-EEUU, la cuestión de Irán y el desarrollo nuclear, las protestas en Hong Kong… todos estos temas fueron recogidos en un muy breve documento final que no dice nada en concreto, y que pone en evidencia que Donald Trump no ejerce ningún tipo de liderazgo con respecto al resto de las potencias imperialistas. Es decir, que en los asuntos geopolíticos nada tiende a ser solucionado, sino todo lo contrario.

Con respecto al Amazonas, el G7 se comprometió a desembolsar 20 millones de dólares en ayuda para combatir los incendios. Esto provocó un cruce de alto impacto entre Macron (presidente de Francia) y Bolsonaro (presidente de Brasil), que inicialmente rechazó estos fondos alegando “insultos” de Macron. Luego se arrepintió y dijo estar dispuesto a recibir esos fondos, si Macron primero se “disculpaba”.

Este cruce muestra una enorme hipocresía de ambos bandos. Del lado de Bolsonaro, por ser el principal responsable de la masacre ecológica que está viviendo el Amazonas, al darle vía a los agrocapitalistas para que avancen con la tala y quema de árboles para expandir sus tierras (y por evitar durante dos semanas enteras que se haga algo para combatir el incendio). Del lado de Macron y el G7, por tener esos países una enorme responsabilidad en el calentamiento global, que produce fuertes sequías y favorece la rápida expansión de los incendios forestales en todo el globo (tanto en el Amazonas como en Estados Unidos, en Europa, en Siberia, etc.). Tanto de un lado como del otro, los motivos son los mismos: priorizar las ganancias de los capitalistas, sean los del campo o de las energéticas e industriales. Y en ambos casos la consecuencia es la misma: la devastación ecológica, que significa una profunda amenaza para la supervivencia de la humanidad.

Para defender el medio ambiente, es necesario derrotar tanto a los Bolsonaro como a los Trump, los Macron, los Merkel y los Boris Johnson, e imponer en todo el globo medidas anticapitalistas que reduzcan profundamente las emisiones de gases de efecto invernadero, que protejan las selvas y bosques, así como todos los elementos de la naturaleza que contribuyen a sostener la habitabilidad del planeta.

Arde el Hemisferio Norte

Teóricamente, en la ciudad de Buenos Aires, desde el 20/21 de junio y ahora, en lo que va de julio, estamos viviendo en pleno invierno (según el almanaque). Sin embargo, hasta hace pocos días, esto no se advertía a pleno. Se vivía casi un veranito primaveral. Pero la otra cara de la moneda de estas situaciones en el Hemisferio Sur se viene dando en el Hemisferio Norte, donde en gran parte impera un calor infernal que, especialmente en muchas ciudades, ha llegado a ser insoportable, produciendo víctimas y toda clase de problemas.

Claudio Testa
Claudio Testa. http://www.izquierdaweb.com. Histórico dirigente de la izquierda en Argentina. Pensador y dirigente de la Corriente Socialismo o Barbarie. Autor del libro «Palestina: 60 años de limpieza étnica».

Este cuadro es cualquier cosa menos inesperado… y nos advierte, una vez más, no sólo lo que puede ocurrir en el Hemisferio Sur en los próximos meses sino también los gravísimos peligros a mediano plazo que se esbozan para todo el planeta. Son peligros que el capitalismo mundial y sus gobiernos se están mostrando incapaces de hacer frente seriamente… y entonces una buena parte de ellos prefiere silenciarlos o directamente negarlos, como hacen criminalmente Donald Trump y ahora también el gobierno de Brasil con Bolsonaro… que a su vez son los dos grandes amigos internacionales de Macri… que tampoco jamás dice una palabra sobre el tema.

El problema inmediato a subrayar es que este año, con lo que viene sucediendo en el Hemisferio Norte, se ha dado otro paso hacia el abismo… aunque aquí, en el Hemisferio Sur, muchos lo hayan notado bajo la forma falsamente “benigna” de un anticipo primaveral.

Graves advertencias

Ya a principios de este año, la “Metoffice” (“Meteorological office”del Reino Unido) había hecho predicciones catastrofistas nada tranquilizadoras sobre las perspectivas climáticas del 2019. Lo mismo hicieron el organismo similar de la Naciones Unidas y otras entidades especializadas europeas.

Esos y otros pronósticos –en un artículo titulado“El colapso de la Tierra está cada vez más cerca”– se resumían así:

“Las Naciones Unidas (ONU) dieron un alerta claro y contundente: el planeta se dirige hacia el colapso climático, sanitario y social. Pero también se resaltó la solución (que aún es posible): reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (que provocan el cambio climático), disminuir los niveles de consumo, proteger el agua y la biodiversidad (entre otras). Son algunas de las conclusiones que publicó en su informe «Perspectivas del Medio Ambiente Mundial». En diversos apartados, la ONU alerta que, de no producirse cambios drásticos y urgentes, habrá consecuencias devastadoras

“«Estamos causando el cambio climático y la pérdida de biodiversidad: No habrá mañana para muchas personas, a menos que nos detengamos», afirmó Joyce Msuya, directora ejecutiva de «ONU Medio Ambiente».…

“El cambio climático es producto del aumento de la temperatura por la acción humana e implica cambios drásticos en el ambiente (inundaciones, sequías, derretimiento de glaciares). La causa principal es la emisión de gases de efecto invernadero, principalmente el dióxido de carbono (CO2). La quema de combustibles fósiles (gas, petróleo, carbón) está entre los principales causantes. El informe de la ONU hace eje en el cambio climático, pero no apunta a los responsables. Es que las grandes potencias económicas son las principales culpables: el 76 por ciento de las emisiones provienen de los países del G20, encabezados por China, Estados Unidos, la Unión Europea, India, Rusia, Japón y Alemania….”.(Página 12, 08/05/2019)

Hoy estas advertencias de agravamiento pronosticadas apenas meses atrás, están teniendo un cumplimiento terrorífico en el Hemisferio Norte y también a escala mundial.

“Julio de 2019 va camino a convertirse en el mes más cálido de la historia”

Con ese título, un artículo de La Nación (18/07/2019) describía la crisis climática que golpea el Norte del globo terráqueo:

“Las temperaturas extremas en varios lugares del norte del planeta en las últimas dos semanas podrían convertir a julio en el mes más cálido registrado en la historia de la Tierra, según científicos especialistas en cambio climático.

“La quincena pasada ha sido testigo de temperaturas insólitamente altas en el ártico canadiense, sequías extremas que han dejado a la ciudad de Chennai en India sin agua, una ola de calor sofocante en Europa que ha sido suficiente para cerrar al público algunas atracciones al aire libre como la acrópolis en Atenas e incendios forestales que han obligado a los turistas en el sur de Francia a abandonar sus campamentos. Incluso la fuerza aérea de Indonesia tuvo que llevar a cabo misiones de desbroce de nubes con la esperanza de provocar lluvias.

“Si las tendencias de la primera mitad del mes continúan, van a vencer el récord anterior de julio 2017por 0,025°C, según cálculos que la científica especializada en cambio climático en la Universidad de Oxford, Karen Haustein, compartió con el diario The Guardian.

“También superaría al junio más caliente de la historia, el mes pasado, según confirmó esta semana la NASA y el Centro de Satélites de la Unión Europea. La temperatura global fue aproximadamente 0,1°C más alta que la de junio más cálida anterior, que se registró en 2016.

“En respuesta a las nuevas cifras, Michael Mann, el director del Centro de Ciencias del Sistema de la Tierra en la Universidad Estatal de Pennsylvania tuiteó: «Esto es significativo. Pero estén atentos a los números de julio. Julio suele ser el mes más cálido del año a nivel global. Si este julio resulta ser el julio más cálido (tiene una buena oportunidad), será el mes más cálido que jamás hayamos medido en la Tierra»…”.

Conclusiones necesarias

Estos datos irrefutables sobre el empeoramiento cada vez más acelerado del cambio climático obligan a sacar conclusiones y sobre todo actuar en consecuencia. La humanidad está ante un desafío inédito en el que, en última instancia, se está jugando su supervivencia. Y la cosa, evidentemente, va más rápido de lo esperado.

Dicho de otra forma: o se impone un cambio drástico, revolucionario, en las formas y relaciones de producción que logren dar marcha atrás al envenenamiento y destrucción de la naturaleza, o la vida de la humanidad y otras especies sobre la tierra corren un peligro mortal que se agrava y crece sin pausa.

En su momento, ante las distintas conferencias y pactos mundiales para enfrentar este peligro, hemos denunciado que éstos no iban a fondo y fracasarían. Ante los intereses del gran capital (que en aras de las ganancias no le importa envenenar el planeta), quedaban todos muy por atrás de lo necesario… El último gran ejemplo fue la Conferencia de París de diciembre de 2015.

A menos de cuatro años de firmados los acuerdos de París, el hemisferio Norte está en una situación de calentamiento mucho más grave de lo imaginado, el polo y otras regiones enteras del Norte se derriten… mientras que en especial las grandes ciudades se hacen cada vez más inhabitables en los días de calor extremo.

Lamentablemente, las críticas y negros pronósticos que hicimos en su momento se están cumpliendo a una velocidad que no imaginamos.

Esto se va agravando aún más por la gravitación de gobiernos y sectores particularmente nefastos, como Trump, Bolsonaro &Cia, que llegan al extremo de ser negacionistas de que existe un cambio climático, aunque éste se despliega frente a nuestros ojos en un modo cada vez más contundente y dañino.

Frente a esta peligrosa encrucijada de la humanidad, ratificamos más que nunca la necesidad de luchar y derrotar a esas pandillas de negacionistas. Pero también es necesario denunciar y enfrentar a los políticos hipócritas que se lamentan de las catástrofes climáticas, mientras desde los distintos gobiernos no toman las imprescindibles medidas porque ellas afectan los bolsillos de los capitalistas culpables de la contaminación y el calentamiento global.