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Gobierno reaccionario en Andalucía: la extrema derecha permite que se forme gobierno de Ciudadanos y el PP

El día 25 de diciembre, PP y Ciudadanos cerraron definitivamente su pacto de Gobierno, con el objetivo de conseguir la presidencia del Parlamento para Ciudadanos y la presidencia de la Junta de Andalucía para Juanma Moreno (PP). Para lograrlo, necesitaban y dependían de los votos de VOX.      

Las elecciones andaluzas del pasado 2 de diciembre trajeron un panorama que dejaba en manos de la derecha la ofensiva para formar gobierno. El desplome del PSOE y la bajada del PP, el poco aumento en escaños para Adelante Andalucía, el crecimiento considerable de Ciudadanos y la irrupción de VOX, dejaron vía libre para la formación de un gobierno de derechas (y ultraderecha) en Andalucía.

El día 25 de diciembre, PP y Ciudadanos cerraron definitivamente su pacto de Gobierno, con el objetivo de conseguir la presidencia del Parlamento para Ciudadanos y la presidencia de la Junta de Andalucía para Juanma Moreno (PP). Para lograrlo, necesitaban y dependían de los votos de VOX.

En el documento del acuerdo, PP y Ciudadanos defienden un proyecto que supone un giro a la derecha en las políticas educativas y sanitarias que hasta ahora había venido aplicando el PSOE. Se protege la escuela concertada (mayoritariamente en manos de la Iglesia), se vincula la universidad a las empresas y dejan la puerta abierta a la liberalización de la sanidad En el documento, se defienden las leyes de igualdad, contra la violencia machista y los derechos LGTBI. Defiende el Pacto de Estado contra la violencia machista y la Ley Andaluza contra la Violencia de Género. Así lo expresan: “impulsaremos un Gran Acuerdo contra la Violencia de Género que desarrolle en nuestra comunidad los avances logrados con la aprobación del Pacto de Estado contra la Violencia de Género y que implemente, con dotación presupuestaria suficiente, todas y cada una de las medidas previstas en la ley 7/2018, de 30 de julio, por la que se modifica la ley 13/2007 de 26 de noviembre de prevención y protección integral con la violencia de género, a fin de acabar con esta lacra social”.

Al día siguiente se consumó el pacto “trifachito”. Santiago Abascal, líder de VOX, se jactaba vía Twitter de que PP y Ciudadanos hubieran pedido oficialmente sus votos a cambio de darles voz y voto en la Mesa del Parlamento. Ésta quedó repartida mayoritariamente entre PP, Cs y VOX. El 27 de diciembre, las derechas y la ultraderecha tomaban el control del Parlamento de Andalucía por primera vez en democracia. Marta Bosquet, diputada de Ciudadanos, fue elegida Presidenta del Parlamento con 59 votos de VOX, PP y Cs. Estas primeras votaciones ya evidenciaron la triple alianza: ninguno de los tres partidos implicados iba a dejar pasar esta oportunidad. No obstante, Abascal avisó que este acuerdo era sólo para la Mesa y amenazó sutilmente con que había que negociar de cara a la investidura.

Empezaron las negociaciones a tres bandos. Ni el Partido Popular ni Ciudadanos son feministas ni tienen ninguna intención de luchar contra la violencia machista. Y esto el movimiento feminista lo sabe. Porque son los responsables de la crisis, de la flexibilidad laboral, de los recortes en educación y sanidad, porque son los que suben los precios de la universidad, de los que ponen trabas en el Pacto de Estado contra la violencia de género… En definitiva, son los responsables del empeoramiento de las condiciones de vida de las mujeres, que favorece que la violencia machista, no sólo no disminuya, sino que se profundice. Sin embargo, ambos hacen el postureo de decir que luchan contra la violencia machista. Ahora bien, necesitaban los votos de VOX, que es un partido abiertamente antifeminista.

Y así fue como las feministas asistimos a un increíble circo mediático donde VOX amenazaba a PP y Ciudadanos de no darles apoyo en la investidura si se aplican leyes específicas y ayudas contra la violencia machista.

“Esos pactos que los suscriban con PSOE y PODEMOS. En política social todos siguen, con sumisión lanar, los mandamientos de la dictadura de género. ¿Dónde el cambio? Vox no aceptará los acuerdos firmados por PP y C’s para impulsar leyes de género en Andalucía.”  Francisco Serrano, portavoz de VOX.

Si bien tanto el PP como Cs dejaban claro en su pacto navideño y en Twitter su compromiso con la lucha contra la violencia machista… donde dije digo, digo Diego. La primera cesión del PP a la ultraderecha fue la de ofrecer ayudas a los hombres maltratados para “ampliar la lucha contra la violencia de todo tipo, con el objetivo de mejorar la protección de abuelos, abuelas, niños y hombres en el ámbito familiar”, que también cobrarían ayudas específicas. Este cambio en el discurso del PP se acerca mucho al discurso de VOX de la violencia intrafamiliar, que niega totalmente la violencia machista.

Por si no fuera claro el cambio en el discurso, Pablo Casado, líder del PP, calificó el primer asesinato machista de este año como “violencia doméstica” y se justificó diciendo que “con la violencia de género, con la violencia doméstica, no hay que politizar”.

Además, Marta González, vicesecretaria de Comunicación del PP, comparó la violencia machista con el referéndum del 1-O ya que “todo lo que está fuera de la legislación por supuesto que se puede comparar”. Por último, la secretaria de Comunicación del PP, Isabel Díaz Ayuso, aseguraba que había cierto “cansancio” con el “feminismo exacerbado” y señalaba que “en los juzgados hay cierta indefensión de los hombres”.

Estos delirios machistas y misóginos del PP no son casuales, y corresponden a  un viraje en su política de género con tal de contentar a VOX y obtener el pacto de gobierno. Los derechos de las mujeres son una moneda de cambio a la hora de pactar gobierno en Andalucía.

Los reclamos de VOX de cara al pacto de gobierno no se quedan aquí. En un documento presentaron sus propuestas, donde desplegaban sin tapujos su ideología machista, antifeminista, xenófoba, centralista y ultranacionalista. Entre sus propuestas está que la Junta los defienda frente a los ataques que reciben como partido, la expulsión de 52.000 inmigrantes, acabar con las leyes autonómicas contra la violencia machista y los derechos LGTBI, “prestar especial atención a las mujeres con embarazos no deseados para evitar el drama del aborto”, plan para evitar la discriminación de andaluces que viven en otras regiones de España, protección de las escuelas que separan a los alumnos por sexos, “control del fundamentalismo islámico”, derogación de la ley de Memoria Histórica…

Ciudadanos se mantuvo al margen de la polémica y pedían a VOX que no bloquearan el gobierno “regenerador”. Se ausentó de las negociaciones y le dejó el trabajo sucio al PP. Ciudadanos quiere gobernar Andalucía con el PP, sin que se note que lo hace también de la mano de VOX. Es consciente de que ni sus socios europeos (el partido liberal ALDE) ni su candidato “independiente” a la alcaldía de Barcelona, Manuel Valls, ven con buenos ojos la negociación del partido de extrema derecha. Y sabe también que el compromiso con VOX le podría dar problemas de cara a las próximas elecciones.

Finalmente, y como todo el mundo sabía que pasaría, VOX acabó pactando con el PP y dando apoyo al pacto de gobierno con PP y Cs. En este pacto, de 37 puntos, han quedado fuera algunas propuestas de VOX, como la de derogar la ley contra la violencia de género, la ley LGBTI y la ley de Igualdad, entre otras. Otras se han mantenido: crear una Consejería de Familia, “programa de atención a las mujeres con embarazos no deseados” (es decir, intentar ilegalizar el aborto o ponerle trabas a la mínima oportunidad que tengan), proteger la educación privada, concentrada y “diferenciada” y cumplir con la legislación vigente en materia de inmigración (es decir, seguir con una política migratoria racista que condena a las personas migrantes a la muerte en el mar, a las expulsiones en caliente o a la violencia en la frontera). La ultraderecha, además, ha conseguido dos victorias: derogar la Ley de Memoria Histórica a cambio de una “Ley de Concordia Nacional” y el apoyo y la promoción de la tauromaquia, la Semana Santa y la caza.

En definitiva, el acuerdo entre PP y VOX ha dejado fuera las propuestas más “sonadas” de VOX, pero ha blanqueado o suavizado muchas otras. Sabemos que a pesar de que estas propuestas se hayan quedado atrás, la derecha no va a parar. El acuerdo entre PP y VOX deja vía libre a recortes en los derechos de las mujeres andaluzas. El texto está redactado de una forma suficientemente vaga como  para poder encubrir reivindicaciones más extremas de VOX, como por ejemplo, suprimir las ayudas a víctimas de violencia machista, impedir la educación sexo-afectiva o prevención de violencia machista en escuelas e institutos o poner trabas al derecho al aborto.

Las mujeres del Estado Español sabemos que ahora son las andaluzas, pero de aquí a unos meses podemos ser todas. El gobierno de derechas vendrá a arrebatarnos nuestros derechos y victorias: el derecho al aborto, las leyes contra la violencia de género o las leyes por los derechos LGTBI. No nos olvidamos de que si además de ser mujer, somos migrantes, aún lo tenemos más difícil. VOX busca que la Junta de Andalucía denuncie a las personas sin papeles que, por ejemplo, vayan al médico o se empadronen. VOX pretende que el gobierno andaluz se convierta en una especie de chivato.

Ante estos ataques continuos contra las mujeres durante las negociaciones para formar gobierno, donde la violencia machista ha sido cuestionada, y ante los futuros ataques que supone este gobierno, el movimiento feminista andaluz se ha colocado en la línea de frente ante la extrema derecha y sus cómplices. El martes 15 de enero, coincidiendo con el Debate de Investidura, el movimiento feminista ha organizado una concentración delante del Parlamento a las 12:00, con el lema “Nuestros derechos no se negocian. ¡Ni un paso atrás en igualdad!”. A las 19:00 hay convocadas concentraciones simultáneas en las ocho provincias andaluzas. Esta última convocatoria se ha extendido por todo el Estado a más de 50 ciudades.

Durante el año pasado, 97 mujeres fueron asesinadas por el hecho de serlo. Los violadores de la Manada siguen en libertad. La justicia ya ha demostrado de sobras su carácter patriarcal. Y durante estas dos primeras semanas de 2019, la violencia machista no ha dado tregua. Sigamos el ejemplo de nuestras hermanas argentinas en su lucha contra la violencia machista con el “Ni una menos” y en la lucha por el derecho al aborto, el de nuestras hermanas brasileñas contra Bolsonaro, el de nuestras hermanas de Estados Unidos contra Trump o las polacas en defensa del derecho al aborto. Salgamos a las calles a decir basta de violencia machista. A reclamar justicia por las que ya no están y penas de prisión para los asesinos, agresores y violadores. Salgamos a las calles a enfrontar a los gobiernos de derechas machistas que, no sólo empeoran nuestra situación con sus políticas, sino que niegan la violencia contra las mujeres. ¡Ni un paso atrás! ¡Ni una menos!

Alessia Quelcom, SoB Estado español

Elecciones Andalucía | Vuelco electoral: Desplome del PSOE e irrupción de la extrema derecha

Sigue la crisis de los partidos tradicionales en el Estado Español. Mientras el PSOE y el PP pierden protagonismo, el ascenso de la derecha nostálgica del franquismo conmocionó Andalucía. Los límites del reformismo de PODEMOS-IU le abren las puertas a la derecha. La juventud copa las calles con movilizaciones antifascistas.

Por Carla Tog, Socialismo o Barbarie Estado Español  

PSOE-A (1.009.243 VOTOS) 27,9%

PP (749.275 VOTOS) 20,8%

CS (659.631 VOTOS) 18,3%

AA (584.040 VOTOS) 16,2%

VOX (395.978 VOTOS) 11,0%

Con un baja participación del 58,65% el PSOE logra obtener el primer lugar en las elecciones andaluzas. Sin embargo, esta es una victoria con sabor a derrota, porque ha cosechado los peores resultados de su historia y difícilmente podrá gobernar después de casi 40 años en el poder si el PP, Ciudadanos y Vox logran pactar una investidura.

Las mejores expectativas de los socialistas, centradas en alcanzar el primer puesto a mucha distancia del resto y en la posibilidad de sumar junto a los morados de Adelante Andalucía (Podemos + Izquierda Unida) un número por encima de los 55 escaños donde se sitúa la mayoría absoluta en el Parlamento andaluz, se vieron radicalmente frustradas con unos resultados finales muy distintos e históricos.

El PSOE obtuvo solo 33 escaños, 14 menos que en los anteriores comicios de marzo del 201 y han pasado de un 35,4% de apoyos a un 28%. Todavía ocupan el primer lugar, pero se quedan muy lejos de llegar a la mayoría absoluta con Adelante Andalucía. La iniciativa, ahora, es del PP, Cs y Vox.

De esta manera, el indiscutible golpe a Susana Díaz y sobre todo la irrupción inesperada de Vox en el Parlamento andaluz podrían hacer posible que Andalucía pase página a 40 años ininterrumpidos de gobierno socialista confirmándose la mayoría de los titulares europeos poselectorales en el señalamiento de que España rompe su excepcionalidad donde la extrema derecha no había entrado (hasta el domingo) en las instituciones del Estado. En el marco de una Europa del siglo XXI donde son notorios el avance y el fortalecimiento de la ultraderecha que forma  parte del Gobierno en 7 países y ha logrado una amplia representación en el resto.

La irrupción de la ultraderecha

Efectivamente la derecha puede gobernar en Andalucía y probablemente lo hará la próxima legislatura gracias a los diputados de Vox, el fascista partido de la ultraderecha cuyo mensaje xenófobo, misógino y racista ha conseguido 12 diputados y llegado a cerca del 11% de los votantes andaluces y que parece haber reactivado a los votantes conservadores que se habían refugiado en la abstención en las últimas convocatorias electorales como también acaparar el voto de antiguos seguidores del PP.

Vox nace de las propias entrañas del PP en 2014 de la mano de miembros y ex diputados del Partido Popular en desacuerdo con la actuación del partido frente a los casos de corrupción que lo salpicaban (Caso Gürtel), con la política “antiterrorista” frente  ETA (por ejemplo la excarcelación de Josu Uribetxeberria Bolinaga) y con la política frente a los nacionalismos vasco y catalán y la unidad de España, acusando a Rajoy de “traicionar las ideas” del PP y postulándose como la necesaria “respuesta al sentir de tanta gente que en España ya no se ve representada por el PP de Mariano Rajoy”.

Cuatro años después son varios los elementos y factores que se combinan para explicar el ascenso de este partido de extrema derecha y en este sentido el contexto español de los últimos años, con el telón de fondo de la continuidad de la crisis económica del 2008,  les ha jugado a favor.

Es evidente que el descontento con el PP viene marcado por la crítica a su gestión, insuficiente e ineficaz para algunos sectores, con respecto al problema catalán en general y al Referéndum del 1-O en particular. A lo que hay que agregar que ya acumula varios casos de corrupción como el de Esperanza Aguirre en Madrid por ejemplo. Se suman a esto otros elementos como la crisis migratoria luego de que Sánchez acogiera al Aquarius en el mes de junio, o la polémica surgida por la exhumación de los restos del dictador en lo que hace a  la memoria histórica.

Todo esto sin olvidar que Vox forma parte de la acusación popular en el caso del procés. Es decir, es el partido que hace carne el castigo al “separatismo catalán”. La polarización alrededor de la cuestión territorial que amenaza con romper  la unidad española y frente a lo cual Vox propone volver a la “España una y no cincuenta y una” de Franco, ha sido el gran impulso, y es la discusión de fondo, que ha dado representación a la ultraderecha en estas elecciones.

Vox, que se autoproclama como la alternativa a la “corrupción socialista” del PSOE  y al “comunismo chavista” de Podemos y que recibió las felicitaciones de Marie Le Pen y de un antiguo líder del Ku Klux Klan, supo recoger por extrema derecha el  real temor de sectores de clase media y de la más rancia pequeñoburguesía contra la división de España y responde, de manera reaccionaria, frente al justo reclamo de autodeterminación del pueblo catalán. De ahí la eliminación de las Autonomías como uno de los principales puntos de su programa además de pronunciarse contra la inmigración y levantar la derogación de las Leyes de violencia de género, la eliminación del aborto como derecho y la derogación de la Ley de Memoria histórica, entre otros.

Adelante Andalucía y los podridos límites del reformismo

Asimismo el hecho de que el duro e inexorable castigo sufrido por el PSOE no se haya traducido en un aumento del voto para Adelante Andalucía plantea algunas cuestiones. En primer lugar hace de la fuerza liderada por Teresa Rodríguez, (miembro de la corriente Anticapitalistas dentro de Podemos)  la otra gran perdedora de la noche. Con unos pobres resultados deja de ser el tercer partido más votado superado por Ciudadanos. Por otro lado plantea que las fugas se habrían producido hacia la abstención que resultó ser muy significativa en los bastiones de la izquierda y no hacia el bloque de la derecha como varios sugieren.

Esto debido, antes que nada, al oportunismo y adaptación de Podemos al juego parlamentario y a su pérfida y permanente política de constante seguidismo y mano tendida al PSOE como sostén del Régimen.

Y ahora estalla la crisis en Podemos. Anticapitalistas ha exigido a la dirección de Pablo Iglesias que desconvoque las primarias para elegir las listas a las elecciones generales y encare una “reflexión crítica urgente” tras el resultado de los comicios andaluces y anuncian desde ya que de no ser así, no participarán de las mismas. Asimismo denuncian en un comunicado que el modelo de primarias que ha convocado la dirección para ratificar a Iglesias como candidato a la Moncloa sólo genera “más desafección y desgarros internos” en una “inercia suicida”.

Pero lo que hace más grave y lamentable la situación es que no se trata solamente de Podemos, Teresa Rodríguez es miembro de Anticapitalistas y tanto ella como su partido pertenecen a la Cuarta Internacional mandelista, pero viene teniendo una política de total sumisión a Iglesias y su política.

Y Podemos de conjunto, como una formación neo reformista que es, viene teniendo un papel absolutamente pasivo frente a los desarrollos que se dan en España y su política es canalla y criminal porque solamente enfrentan a la derecha y extrema derecha de forma parlamentaria y no en las calles, es decir, que mientras la extrema derecha “rompe” y cuestiona la institucionalidad, el neoreformismo le rinde pleitesía.

Inestabilidad y debilidad del Gobierno de Sánchez

Un resultado así, tan devastador para los socialistas, viene a aumentar la sensación de inestabilidad de Pedro Sánchez, que ahora mismo es incapaz de aprobar los Presupuestos Generales del Estado debido principalmente a la oposición de los grupos catalanes (ERC y PDE Cat) y al que día a día  el PP y Ciudadanos machacan con el adelantamiento de elecciones generales y que a partir de ahora lo harán con más fuerza.

Con todas las reservas del caso, estas elecciones se han presentado como el primer test de las generales cuya fecha sigue siendo un interrogante. Hasta el momento, Sánchez insiste en que quiere culminar la legislatura llevándola hasta el 2020 pero admite que si ERC y el PDECat no apoyan las cuentas públicas tendrá que “acortarla”.

Seguramente lo ocurrido este domingo tendrá importantes efectos en el Gobierno. Andalucía era el principal bastión y pulmón de los socialistas. Ya no lo es… o no tanto. Sánchez encara las elecciones autonómicas y municipales de mayo del próximo año en una situación complicada. Lo ocurrido en Andalucía podría replicarse, incluso con más aspereza, en territorios como Aragón, Extremadura y Castilla-la Mancha ahora en manos del PSOE.

Andalucía responde. El fascismo no pasará

Pero también ocurrió algo el domingo pasado que opera como contracara de lo que dejan estas elecciones. Apenas conocidos los resultados masivas concentraciones en varias capitales andaluzas como llenaban las calles y plazas en señal de protesta contra Vox y su entrada en el Parlamento. Una gran marea, sobre todo mucha juventud, que portando banderas republicanas hizo suyas las calles como expresión de la necesidad de salir a pelear para plantarle cara y frenar el auge de la extrema derecha que levanta entre sus principales banderas la lucha contra la inmigración y la derogación de las leyes de Género y de Memoria histórica. Sevilla, Málaga, Granada y otras ciudades gritaron bien fuerte y claro; “Fascismo Nunca Mas, “Nativa o extranjera, la misma clase obrera”, “El aborto no se toca”, “España mañana será republicana”, “Vecino despierta, hay fachas en tu puerta”.

Y esto habla de una tradición y un sentimiento antifascista que verdaderamente existe en la España de hoy. Habla de una juventud que ve que no tiene futuro y prefiere salir a protestar en vez de escuchar a Maluma y estar al tanto de OT. Una juventud precarizada que tiene que huir al extranjero para poder estudiar o trabajar. Y esto también habla de gente trabajadora que salió a las calles el domingo pasado porque sabe lo que significó el franquismo, con y sin Franco, y no está dispuesta a que vuelva a pasar, porque está convencida de que sus hijos estarán peor si eso ocurre. Habrá que recoger lo mejor de la tradición de la lucha antifascista  y reeditarla hoy para darle fuerza, contenido y continuidad a esta pelea.

Con el derrumbe del PSOE y la irrupción de VOX en el Parlamento se suma un problema más a la inestabilidad del país y la región, como alerta la vecina Francia y los chalecos amarillos, el punto es, que es un problema muy peligroso, si no se lo enfrenta en las calles y desde un política y un programa clasista e independiente. Y es a eso a lo que apostamos, porque la situación lo amerita y nos obliga a estar a la altura de las circunstancias y a decir; No Pasarán.